UN CANVAS PARA PAPO

Los espacios del Museo Fernando Peña Defilló

Como un lienzo en blanco, pero en forma de casa, se abren las puertas de una caja roja que albergará el legado de un consagrado maestro de la pintura dominicana; también hospedará su mística, su sensibilidad, su historia, su genialidad...

Emplazado en un entorno privilegiado de la Ciudad Colonial de Santo Domingo, el Museo Fernando Peña Defilló se aloja en una antigua vivienda del siglo XVII ubicada frente a la iglesia Regina Angelorum y al antiguo monasterio de Santa Catalina de Siena (de las monjas dominicas).

Para su uso actual, este inmueble ha sido cuidadosamente reacondicionado con el mayor respeto al patrimonio monumental que alberga. Pese a que ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de su existencia, aún conserva su conformación espacial original: dos crujías paralelas a la calle Padre Billini y un martillo que da a la calle José Reyes, que conforman un pequeño patio que articula un anexo posterior con una terraza-mirador en un segundo nivel.

Este nuevo espacio cultural consta de tres salas de exposición contiguas cuyos interiores fueron acondicionados con la menor intervención posible: se conservaron los pisos de mosaicos hidráulico existentes (tipo alfombra) y se colocó una iluminación adecuada y un sistema especializado para exhibir las obras en las paredes.

Todos los espacios del museo se utilizan para alojar las obras de la colección familiar de Papo. Las salas fluyen alrededor de un patio que, con un cálido ambiente, conecta en la parte posterior con una sala de consulta que contiene la bibliografía del artista así como otros documentos necesarios para entender su obra.

Alex Martínez Suárez, Arquitecto


Ampliación del Museo Fernando Peña defilló

2017

En el marco del segundo aniversario del Museo Fernando Peña Defilló, quedó inaugurada la segunda etapa del Museo, Antológica 01, que albergará una exhibición permanente de las obras del Maestro de la pintura dominicana. Una segunda exhibición denominada Otra Dimensión, en la que participan quince artistas dominicanos, resalta la nueva escultura dominicana.

El Museo Fernando Peña Defilló celebró su segundo aniversario con una actividad en la cual quedó inaugurada la ampliación de las instalaciones, cumpliendo el gran sueño de los últimos días del fallecido maestro de la pintura dominicana Fernando Peña Defilló, quien anhelaba ver su museo ampliado y abierto a nuevas generaciones de artistas para que pudiesen exponer en sus espacios. Con el fin de contar con una mayor superficie de exhibición, la fundación Fernando Peña Defilló adquirió la casa adyacente al museo, en la calle José Reyes, una casa colonial del siglo XVII que se encontraba en un estado de franco deterioro. El diseño arquitectónico y la rehabilitación del inmueble estuvieron a cargo del arquitecto Alex Martínez Suárez, coordinador de las actividades del museo. La intervención respetó las áreas originales, solamente añadiendo divisiones ligeras necesarias en los baños y reforzando las estructuras existentes. Se reacondicionaron los techos, se rescataron parcialmente los pisos del primer y segundo nivel y el barandal de hierro forjado del balcón del patio interior.

Para diferenciar cada inmueble, las Fachadas se pintaron de diferentes colores. El intenso color amarillo cadmio contrasta con el intenso rojo cálido de la primera etapa, lo que contribuye a evidenciar las diferencias que hay en los detalles arquitectónicos de cada inmueble, como las cornisas, los antepechos y otros elementos ornamentales que fueron pintados de blanco. El acceso al museo se mantuvo en el mismo lugar, creándose un pequeño vestíbulo de transición en el que se destaca el plafón con listones de madera y el cerramiento de vidrio flotante. Los nuevos espacios –dos grandes salas de exhibición correspondientes a las dos crujías de la vivienda original– están dedicados a albergar la colección permanente del artista. Las salas están equipadas con sistemas de iluminación y exhibición adecuados, con estándares empleados en los grandes museos, para proteger esta valiosa colección. Para mantener un mayor control de la iluminación, la humedad y la temperatura, las salas fueron climatizadas, haciendo ligeras modificaciones en los techos para colocar los equipos.

Como complemento de estas salas se creó una pequeña biblioteca para la consulta de documentos, libros y videos sobre el artista y sobre el arte en general. desde la biblioteca, una sencilla escalera de madera conduce al segundo nivel, donde se encuentra una acogedora sala de reuniones privada con un balcón que mira hacia el amplio patio colonial. la entrada lateral privada situada en el extremo de la casa conserva los pisos originales y se utilizó para ubicar de manera discreta los baños. Al fondo del patio se acondicionó un área existente como zona de servicio para los eventos que allí se realicen.

Las salas de la primera etapa –en las que se mantiene la ventilación natural– quedan reservadas para exhibiciones temporales. Para lograr una circulación sin tropiezos se nivelaron los pisos de las nuevas salas. para el pavimento se utilizaron mosaicos hidráulicos con un diseño tipo alfombra con hermosos motivos y patrones similares a los existentes.

La ampliación del museo se inaugura con dos exposiciones, la primera como ya hemos dicho consiste en una antología de las obras de Peña Defilló, y la otra es una muestra diferente sobre la nueva escultura dominicana que, a juicio de su curadora Marianne de Tolentino, refleja las convicciones del Maestro, quién como “gran conocedor del arte actual, lo juzgaba y lo valoraba en términos de perennidad”.

Guadalupe Casasnovas, Arquitexto.